Reflexiones

Mi Primer Día en el Cielo
Hoy es mi primer día en el cielo. No debí de haber llegado tan pronto. Desgraciadamente, la señora que iba a ser mi mama tenía otros planes. Prefiero mucho a como me llaman aquí, Angelito. Allá en la tierra los doctores me llamaban Producto o Feto. Los dos son nombres muy feos y me hacían sentir más como una cosa que como un ser humano. Pero el nombre que más me lastimaba era el de Estorbo. Así me llamaba la mujer que no quiso ser mi mama. Todos los día era: Estorbo pa’ca y Estorbo pa’ya. La palabra en si no me molestaba tanto como el tono en el que me lo decía. Lo decía con coraje y con odio. Eso me hacia sentir muy mal que hasta lloraba. Pero aquí es muy diferente. No soy un estorbo, al contrario. El Señor que ahora salió con que es mi Papá de a de veras dice que Él siempre me ha querido y que soy su alegría más grande junto con todos sus demás hijos. También me dijo cuando me tomo en sus fuertes y cálidos brazos, que estaría con el siempre y no volvería a sentir dolor. Que bueno que dijo eso mi Papá; porque allá en la Tierra cuando pasaba por aquel túnel que esta antes de llegar aquí, sentí un gran dolor en mi cabecita. Así como si me la trataran de aplastar. Pero lo que mas me dolió fueron mis bracitos y mis piecitos. Yo creo que como no podía salir de ese túnel tan estrecho se me durmieron porque sentía como si ya no los tuviera. Pero antes de que se me durmieran sentía un dolor tan fuerte que me hizo llorar. Quería poder hablar para gritar: ¡Hay mis bracitos! ¡Hay mis piernitas! ¡Hay mi cabecita! ¡Mama! ¡Mama! ¿En donde estas mamá? ¡Te necesito, por favor! Pero no podía hablar aun. Del dolor me quede dormidito y ya no sentí nada mas hasta que desperté aquí, en el cielo. Aquí no siento dolor. Todo es alegría. Mi Papá siempre esta contento y me deja jugar con mis otros hermanitos. Yo creo que mañana ya me dan mis alitas. Que a todo dar es mi Papá, ¿verdad?